Biotecnología ofrece soluciones a la ausencia de tierras para ampliar la frontera agrícola del país
Industriales como firmas especializadas en la producción de semillas y biotecnología tienen sus ojos puestos en la altillanura.
Uno de esos ejemplos lo está dando la firma multinacional Monsanto, que está apostándole al convencimiento de los productores agrícolas para que aumenten producción y rentabilidad con el uso de semillas genéticamente modificadas (GM).
Según Mariano Berdegué Sacristán, director general de esa firma para la región Andina, Centro América y el Caribe, la idea es producir más alimentos (maíz y soya) utilizando una tercera parte menos de insumos químicos y doblando la productividad de los cultivos que, con los organismos genéticamente modificados, hacen que sea menos necesario la utilización de herbicidas y plaguicidas en las plantaciones.
Precisó que en la altillanura hay unos cuatro millones de hectáreas y piensa que si se diera 15 ó 20 por ciento de ese gran potencial, Colombia se volvería autosuficiente en alimentos.
Una inversión con más rendimiento